Es difícil vivir con esta presión en el pecho, que por
momentos se va, me engaña, me hace sentir una felicidad falsa que dura solo
unos segundos. Pero cuando vuelve, es cada vez más fuerte, como si atravesaran
una daga en mi corazón, que no me deja respirar, me prohíbe ser libre. Trato de
salir de olvidar lo inolvidable, de sacar la presión con muchas risas, que en
el fondo son gritos, que claman ayuda a personas sin oídos.
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